En la cocina mexicana hay platillos que no solo se comen: se veneran. Son esos que requieren tiempo, fuego lento y sazón heredada. Uno de ellos es el chamorro de cerdo, una pieza noble, humilde y poderosa que forma parte del recetario tradicional de muchas regiones del país. En El Huey, lo interpretamos con respeto a sus raíces pero con una mirada propia: carne de cerdo súper tierna, bañada en adobo rojo con vino tinto, acompañada de puré de patatas y tortillas calientes.

Un plato contundente y reconfortante, pensado para quienes buscan algo más que comer: quieren vivir la cocina mexicana desde sus cimientos.

¿Qué es el chamorro?

El chamorro es el corte de la pierna del cerdo (delantera o trasera), que incluye hueso, carne y colágeno. Es conocido por su textura melosa y su capacidad para absorber sabores con intensidad. A diferencia de otros cortes más magros, el chamorro necesita tiempo y cocción lenta para alcanzar su punto ideal: cuando la carne se desprende sola del hueso y se deshace en la boca.

En muchas cocinas regionales mexicanas, el chamorro se cocina en salsa roja, en moles, en salsas de chiles secos o incluso al horno con cerveza o mezcal. Es un plato festivo, abundante, de esos que se preparan para compartir y disfrutar sin prisas.

El chamorro en El Huey: un homenaje con carácter

En El Huey, rendimos homenaje a este clásico mexicano con una receta que mezcla tradición y creatividad. Nuestro chamorro se baña en un adobo rojo de la casa, elaborado con una mezcla de chiles secos, especias y un toque de vino tinto, que le aporta profundidad, acidez equilibrada y un sabor redondo.

La cocción lenta, durante varias horas, permite que la carne se vuelva extraordinariamente tierna, jugosa y sabrosa. La salsa espesa se impregna en cada fibra del cerdo, creando una armonía perfecta entre carne y condimento.

Lo servimos con un puré de patatas cremoso, que actúa como contrapunto suave y reconfortante, y tortillas calientes que invitan a tomar un trozo de chamorro, envolverlo y disfrutarlo al estilo más auténtico: con las manos, como se hace en casa.

Más que un plato: una experiencia

El chamorro es de esos platillos que no se improvisan. Lleva dedicación, tiempo y saber hacer. En México, suele reservarse para ocasiones especiales, comidas largas, reuniones familiares y celebraciones en pueblos donde la tradición manda. Pero también ha sabido abrirse paso en las mesas urbanas, donde se valora por su sabor contundente y su historia.

Quienes lo prueban por primera vez suelen sorprenderse: no esperaban tanta sutileza en un corte tan rústico. Quienes lo conocen, lo buscan una y otra vez, sabiendo que no hay nada como un buen chamorro bien hecho.

¿Por qué deberías probarlo?

Porque el chamorro representa lo mejor de la cocina mexicana tradicional: ingredientes sencillos, técnicas ancestrales, sabores potentes y una presentación generosa. Es cocina sin artificios, con identidad y profundidad.

Y porque en El Huey, cuidamos cada detalle para que esta experiencia sea fiel a sus raíces, pero también cómoda y accesible. Nuestro adobo de la casa, con vino tinto, es un toque especial que equilibra el sabor intenso del cerdo y lo convierte en un plato inolvidable.

Ideal para acompañar con una cerveza artesanal, una copa de vino mexicano o incluso un mezcal suave que complemente el carácter del plato.

Te esperamos para probarlo

Si buscas un plato con historia, sabor auténtico y alma mexicana, el chamorro de El Huey es tu elección. Te esperamos con la cocina encendida, las tortillas calientes y el adobo listo para envolverte en una experiencia gastronómica que va más allá del paladar.

 Ven a descubrir por qué este platillo sigue siendo uno de los más queridos en México… y ahora también en Valencia.